El guano peruano, gran fertilizante natural

Los fertilizantes son productos químicos naturales o industrializados que se administran a las plantas con la intención de optimizar su crecimiento y desarrollo de su perfil ó potencial genético; se aplican generalmente al suelo para que se diluyan en la solución y puedan ser ingresados al sistema vegetal vía raíces; pero también pueden aplicarse de forma líquida vía foliar para ser absorbidos a través de los estomas.

Aportan los tres principales nutrientes necesarios para el desarrollo de las plantas en diversas proporciones (nitrógeno, fósforo y potasio), nutrientes secundarios (calcio, azufre y magnesio) y, a veces micronutrientes, de importancia también para la alimentación de la planta (boro, manganeso, hierro, zinc, cobre y molibdeno.

Los tres ingredientes principales se describen en las bolsas de fertilizantes como nitrógeno, fosfato y potasio indicando la proporción con números y en ese orden. De este modo un fertilizante 5-10-5 contendría un 5% de nitrógeno, 10% de fosfato y 5% de potasio.

Estas sustancias se pueden obtener tanto de materiales orgánicos naturales, como el compost o el estiércol (principal fertilizante hace tiempo pero en claro declive ahora, aunque siga utilizándose) o artificiales, como por el proceso Haber-Bosch, que produce amoníaco. Este amoníaco se utiliza para producir ácido nítrico, y a través de la reacción de ambas sustancias producen el nitrato amónico. A través del proceso de Odda también se obtienen fertilizantes compuestos del amoníaco y el ácido nítrico, en la proporción 15-15-15.

El proceso Haber-Bosch utiliza alrededor del 1% de la existencia total de energía de la Tierra para suministrar la mitad del nitrógeno necesario en la agricultura. El material orgánico tiene la ventaja de añadir compuestos de carbono al suelo. Una de las fuentes principales de la fertilidad del suelo es la descomposición de los residuos de cosechas, sin embargo, esto no se considera "fertilizante".

Con la aparición de la agricultura intensiva se ha incrementado la aplicación de fertilizantes sintéticos y naturales con el fin de aumentar el rendimiento de las cosechas, lo que ha producido la contaminación del suelo. La sobre utilización de estos productos puede producir la aparición de algas en lagos y corrientes que reciben las aguas sobrantes de las tierras cultivadas y conllevan la degradación del suelo a largo plazo.

Justus von Liebig escribió en 1840 la Ley del mínimo requerido por las plantas.

Comentarios

Ale Barzola YO PEe... ha dicho que…
de anonimo:
asi....chevere....:)....
Ale Barzola YO PEe... ha dicho que…
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